Filosofando con el Martillo

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LucasMartínNoel

¿Quién soy?

Repitiendo lo ya dicho, mi nombre es Lucas Martin Noel y tengo 17 años. Soy programador, principalmente interesado en hackear juegos y en ciberseguridad; me gustan los juegos de rol de lápiz y papel, leer, escribir, y como muestra este "blog", la filosofía. Hago tiro con arco y flecha (usando arco compuesto y tirando entre 30 y 40 metros) y natación, aunque no soy muy bueno para el deporte. Me gusta escuchar rock en casi todos sus géneros, y algunos subgéneros de música electronica. Creo que la mejor manera de describirme a mí mismo es como un chico curioso, escéptico, y práctico, con muy buena memoria. Abajo respondo algunas preguntas que podrían resultar interesantes.

¿Como llegué a la filosofía?

Se me ocurrió que podría alguien preguntarse esto mismo, y respondo, siendo que la respuesta es bastante simple: llegue a la filosofía desde mi desagrado por ella. Durante toda mi vida fui a un colegio católico, y abandoné el catolicismo relativamente temprano, cuando en el 2018 aumentó la tensión debido al debate sobre la justificación moral del aborto. Desde ese entonces, encarnando inintencionadamente la única característica que creo respetable de Socrates, el cuestionar, empecé a buscar objeciones a las proclamaciones de las figuras de autoridad del catolicismo en el colegio. En 2020, me encontraría por primera vez con quien sería hasta 2023 mi profesor de filosofía, quien también era católico, y se encontraba completamente convencido de ello. No preste mucha atención a sus clases en 2020, y tampoco lo hice hasta 2023, donde pensé "Yo sé que todo esto está mal, o al menos no cierra, o no es tan asi. Pero no sé por qué, ni como justificar a mis argumentos. Si cuestiono a mi profesor desde esta posición, no puedo llegar a nada porque él sabe más que yo", asi que empecé a buscar conocimiento como para poder llevar la contra a ideas que yo creía y creo incorrectas y erroneas. Buscando también una filosofía de vida más amigable (saliendo de la depresión y el nihilismo/pesimismo), me encontre con una alternativa convincente hacia la cual me era fácil tender: Nietzsche. Y sin darme cuenta, Nietzsche me ayudó también a aprender a pensar, a construir y buscar argumentos en contra de mi profesor. Y partiendo desde Nietzsche, seguí investigando y preguntando sobre aquellas cosas que creía interesantes, aprendiendo cada vez más y más, leyendo cada vez más sobre más cosas. Y así es como llegué a la filosofía: desde mis desacuerdos y rechazo a lo que yo conocía por filosofía.

¿Por qué 'Filosofando con el Martillo'?

"Como se filosofa con el martillo" es el subtítulo del libro "El Ocaso de los Ídolos" de Friedrich Nietzsche, primer libro de filosofía que leí. Este subtítulo apunta principalmente a las intenciones de Nietzsche en este libro y a lo largo de sus principales obras: (cita del prólogo de "Crepusculo de los ídolos")

Otra curación, a veces incluso más apetecida por mí, es auscultar a los ídolos ... Hay más ídolos que realidades [...]. Hacer alguna vez preguntas con el martillo, y oir acaso, como respuesta, aquel famoso sonido a hueco que habla de entrañas llenas de aire -- qué delicia para quien tiene todavía orejas por detrás de las orejas -- para mí, viejo psicólogo y cazador de ratas, ante el cual tiene que dejar oir su sonido cabalmente aquello que quería permanecer en silencio.
[...]
Este pequeño escrito es una gran declaración de guerra; y en lo que se refiere a la auscultación de los ídolos, esta vez no son ídolos de nuestro tiempo, sino ídolos eternos los que aquí son tocados con el martillo como con un diapasón [...] no hay en absoluto ídolos más viejos, más convencidos, más llenos de aire que estos... Tampoco más huecos...

Nietzsche va golpeando y resonando los "ídolos" (o ideales) con su martillo, y los encuentra huecos. Al hacerlo, los derriba, y esa es mi intención principal: derribar a los ídolos huecos, muertos, desde el capitalismo hasta el viejo Dios. El 'martillo' de Nietzsche puede también pensarse como un martillo para las pruebas de reflejos: él golpea a los ídolos, y al ver que no responden a sus golpes (críticas), los da por muertos, y termina de derribar. Pero el martillo no solo destruye, sino que también endurece, y sobre un yunque, crea: ("Habla el martillo")

<< ¡Por qué tan duro! -- dijo en otro tiempo el carbón de cocina al diamante; ¿no somos parientes cercanos? >> --
¿Por qué tan blandos? Oh hermanos míos, así os pregunto yo a vosotros: ¿no sois vosotros -- mis hermanos?
¿Por qué tan blandos, tan poco resistentes y tan dispuestos a ceder? ¿Por qué hay tanta negación, tanta renegación en vuestro corazon? ¿Y tan poco destino en vuestra mirada?
Y si no queréis ser destinos ni inexorables: ¿cómo podríais algún dia -- vencer conmigo?
Y si vuestra dureza no quiere fulminar y cortar y sajar: ¿cómo podríais algún dia -- crear conmigo?
Los creadores son duros, en efecto. Y una bienaventuranza tiene que pareceros el imprimir vuestra mano sobre milenios como si fuesen cera, -- -- una bienaventuranza escribir sobre la voluntad de milenios como sobre bronce, -- más duros que el bronce, más nobles que el bronce. Solo lo totalmente duro es lo más noble de todo.
Esta nueva tabla, oh hermanos míos, coloco yo sobre vosotros: ¡haceos duros! -- --